miércoles, 20 de agosto de 2014

Llega el fracking al Huila

La técnica de fracking, empleada en varios países, ha generado controversia y crítica de varios sectores.
El próximo miércoles 20 de agosto, la Agencia Nacional de Hidrocarburos, ANH, dará a conocer la lista definitiva de las empresas que reciben en adjudicación áreas de exploración no convencional de hidrocarburos en todo el país. El anuncio incluirá también al departamento del Huila (un solo bloque, el VSM 16, con trece municipios del centro, sur y occidente del departamento).


El solo anuncio ha despertado gran expectativa, no tanto por la búsqueda, ampliada a todo el país, de nuevos recursos, sino por el hecho de tratarse de la exploración “no convencional”, que puede incorporar controvertidas técnicas de exploración y explotación de petróleo y gas, conocidas como fracturación hidráulica o fracking, de enorme rendimiento, pero que han generado una polémica de trascendencia mundial.

Según la ANH, el bloque que comprende al Huila incorpora a los municipios de El Agrado, Altamira, Elías, Garzón, Gigante, Guadalupe, Hobo, La Plata, Paicol, El Pital, Tarqui, Tesalia y Timaná. VSM 16 –las letras identifican a la zona Valle Superior del Magdalena- traza un eje en una amplia zona que comprende un recorrido de sur a norte en las márgenes derecha e izquierda del río Magdalena y parte del río Suaza, sin alcanzar a tocar zonas de reserva y protección ambiental, como la Serranía de las Minas o el páramo Cerro de Miraflores.

A cambio, en el bloque existen los Parques Municipales de La Plata, La Argentina, Oporapa, El Pital, Saladoblanco, Gigante, Altamira, Hobo y Elías, en el marco de una estrategia de conservación orientada por la Corporación del Alto Magdalena, Cam. Según la entidad, “estas no son áreas protegidas del SINAP (Sistema Nacional de Áreas Protegidas), pero cuentan con un especial reconocimiento local”.

 La zona de fracking


El área del bloque VSM 16 es en extremo sensible, y no únicamente desde una perspectiva ambiental. En la zona, precisamente, se construye la hidroeléctrica El Quimbo, que desarrolla Emgesa; está muy próxima al lugar de explotación en la que Emerald Energy extrae hidrocarburos en Gigante y Garzón, y donde otras compañías hacen lo propio en Tesalia y el occidente del Huila.

Constituye, sin duda alguna, un territorio en el que han tomado fuerza movimientos sociales, organizaciones comunitarias y voces de autoridades locales que han comenzado a medir el impacto de la intervención de compañías nacionales y extranjeras en la explotación de recursos naturales y construcción de grandes infraestructuras. 

Precisamente, la Agencia Nacional de Hidrocarburos reconoce que en el Huila, municipios como El Agrado presentan el mayor índice de Necesidades Básicas Insatisfechas, NBI (con 44.9%), un evidente caldo de cultivo social para procesos como los que ya se están desarrollando –el caso de El Quimbo-, a los que se suma ahora este de la búsqueda de hidrocarburos.

Es justamente en este marco social y económico en el que surge el anuncio de la adjudicación a empresas que aprovecharán la posibilidad de petróleo y gas a través de técnicas de fracking en el Huila. Pero, ¿exactamente de qué se trata esta técnica?

El fracking


Pese a que para muchos puede sonar nueva, el fracking es una técnica utilizada en todo el mundo desde hace varias décadas, fundamentalmente en pozos para exploración y producción de hidrocarburos. La primera referencia histórica al empleo de la fracturación hidráulica para mejorar la producción de hidrocarburos en un pozo que data de 1946 y tuvo lugar en el campo Hugoton, Kansas, en Estados Unidos.

Hay que decir que el proceso se ha desarrollado de manera espectacular desde principios de los años ochenta del pasado siglo, a partir de su empleo específico y masivo en la producción de hidrocarburos no convencionales en ese mismo país. A hoy, se estima que la técnica ha sido empleada ya en más de un millón de pozos para producción de hidrocarburos, y más de cien en Europa en los últimos diez años. Cada año, se realizan unas 35.000 operaciones de fracking en todo el mundo; de momento, la mayor parte de ellas en Estados Unidos y Canadá.

Para resumirla en palabras sencillas, la fracturación hidráulica, más conocida por su término en inglés fracking, es una técnica de extracción de gas y petróleo. Se habla de yacimientos no convencionales, porque los hidrocarburos están a mucha mayor profundidad que los pozos “corrientes”, y porque las formaciones geológicas donde están los recursos están muy dispersas.

Para llegar hasta el sitio donde se localizan el petróleo o el gas, se debe perforar hasta la formación donde se encuentran los hidrocarburos, empleando una técnica de perforación mixta. En primer lugar, se perfora verticalmente y posteriormente se continúa de forma horizontal, a lo largo de varios centenares de metros y aún de varios kilómetros.

El procedimiento de “liberación” (la salida del crudo o el gas) se logra a través de la inyección de millones de litros de agua a alta presión, a la que se mezclan arena y aditivos químicos. Esa inyección causa fracturas en la tierra, que facilitan, en resumidas cuentas, la salida del petróleo y el gas. Por eso se llama fractura hidráulica: la creación de nuevas fracturas a través del uso de agua a presión. Se considera que el fracking requiere casi el doble de la cantidad de agua que necesita un pozo petrolero convencional.
Los aditivos que se aplican al agua son, usualmente, ácido clorhídrico, empleado como agente limpiador; un bactericida, para evitar la formación de colonias de bacterias que taponen los conductos bajo tierra, y sulfato amónico, que se destina a reducir la fricción del agua con tuberías y otros elementos del pozo. No son sustancias nuevas; de hecho, los expertos coinciden en que son empleadas también en la agricultura, en cosméticos y en la industria de los alimentos, entre otros.

 Polémica por efectos


Existe una controversia mundial sobre las consecuencias del fracking. Aunque los expertos no se ponen de acuerdo, la técnica está en los primeros lugares de inquietudes sociales, geológicas y ambientales. Sus contradictores señalan que el fracking conlleva una serie de impactos socio ambientales a corto y largo plazo: el agua inyectada para realizar la fractura puede alojarse en fallas geológicas, produciendo la lubricación de las placas e incrementando la actividad sísmica.

Especialistas como el geólogo Julio Fierro Morales confirman que la actividad petrolera en general puede afectar, desde los procesos de sísmica, la disponibilidad de agua superficial y los niveles de aguas subterráneas. Una inclinación de hasta un metro es suficiente para generar consecuencias como la desaparición de manantiales, el secamiento de aljibes y, en situaciones críticas, el colapso de ecosistemas.
Fierro advierte que, en Estados Unidos, las nuevas tecnologías de explotación de hidrocarburos en yacimientos no convencionales “han reconfigurado la geopolítica energética. Las investigaciones científicas, que incluyen reportes desde el propio sector, demuestran que existen miles de pozos petroleros con fugas (…) Esta situación advierte sobre la contaminación de acuíferos (reservas de agua subterráneas) que pone en riesgo el suministro de aguas para las generaciones futuras”.

Las críticas no solo hablan de contaminación de agua sino del riesgo de sismos, algunas de las cuales aparecen documentadas, mientras que otras se relacionan con técnicas como “Star”, que utilizó en el Meta la compañía Pacific Rubiales. Otro geólogo, Édgar Roa, “ha detectado una correlación entre la implementación de la tecnología de extracción petrolera denominada Star, y la ocurrencia de sismos someros (superficiales)”, según precisa Fierro.

Otros cuestionamientos se dirigen al uso de los aditivos empleados con la descarga de agua, que potencialmente podrían resultar tóxicos. En su reciente visita al Huila, el presidente de la Unión Sindical Obrera, Edwin Castaño, dijo en diálogo con LA NACIÓN que “ese tema es algo que hay que ponerle atención, uno, porque se necesita mucha agua para poder romper la roca; dos, por los altos porcentajes de químicos que lleva esa agua y tres, el daño a los acuíferos subterráneos. Se sabe que en Europa parte de esos proyectos han sido parados por el impacto que genera, sumado a que en Estados Unidos sale con sabor a gas el agua que es impactada”.

Medidas


Tantos cuestionamientos no parecerían infundados: desde cáncer hasta temblores, el fracking es señalado de dejar el agua infestada de elementos tóxicos, de contaminar el aire y de contribuir al calentamiento global.

En su momento, el propio Gobierno nacional a través del entonces viceministro de Energía, Orlando Cabrales, aseguró que se están tomando medidas de prevención extremas: “Tuvimos el mejor conocimiento científico disponible. Me siento tranquilísimo con la forma como lo estamos haciendo”.

Recientemente, una de las autoridades mundiales en fracking, el profesor Kevin Schug, reveló los hallazgos tras analizar muestras en cien pozos en el norte de Texas, Estados Unidos, epicentro del uso de fracking. Según se informó entonces, se encontró un vínculo “indirecto” entre la técnica y la presencia de elementos como arsénico, “que excedía los límites establecidos por la Agencia de Protección Ambiental (EPA, sigla en inglés)”. No obstante, se precisó que “este tema genera una polarización extrema, pero la verdad es que no hay suficiente información científica para calcular sus riesgos”.

Mientras se zanja la controversia, el Gobierno anuncia que las empresas que utilicen el fracking estarán “legalmente obligadas a revelar los químicos que ponen en el agua”, y que, por ahora, el país ya cuenta con el reglamento que expidió el Ministerio de Minas y Energía, que estableció los requerimientos técnicos y procedimientos para la exploración y explotación de hidrocarburos en yacimientos no convencionales.

Luego, en manos de la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales, Anla, está la expedición del reglamento “sin el cual no es posible que compañía alguna empiece labores de exploración” a través del fracking.

Mientras el Huila se apresta a hacer parte de la controvertida geografía del uso de este tipo de técnicas (también hay bloques para perforación y explotación no convencional en el vecino departamento del Tolima), y las críticas se suman a la polémica mundial por su uso, esta semana quedará lista la decisión de la Agencia Nacional de Hidrocarburos sobre las empresas que desarrollarán este proceso en Colombia.

http://www.lanacion.com.co/index.php/component/k2/item/239707-llega-el-fracking-al-huila

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